El desenlace de la eliminatoria ante un emergente Nápoles marcará con fuego al Barcelona de Quique Setién, que se la juega hoy a todos los niveles, desde el futuro del técnico, al prestigio de la plantilla o la credibilidad de una junta directiva que está en el centro de la diana.
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Nadie se engaña en Barcelona. Caer ante el Nápoles sería un fracaso en toda la regla, a la altura de los cosechados en Roma o en Liverpool, pero esta vez en el silencio del Camp Nou, en un partido que tendría que darle el pasaporte a los cuartos de final a los azulgrana.
Sin la Liga, sin la Copa, el Barça se aferra a la Champions, la competición que se disputará a cuatro partidos, cuatro victorias para levantar el título, aunque el primer paso tiene que ser ante los napolitanos.
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Los focos señalan a Setién, discutido desde su llegada al club, cuestionado por la plantilla, incluso por Leo Messi en público; unas diferencias que luego se suavizaron después de una reunión entre los dos y que se escenificaron en el campo con la goleada final en Vitoria ante el Alavés.
Bajas y altas
Para hoy, Setién tiene dos bajas importantes y ambas en el mediocampo. Sergio Busquets y Arturo Vidal, sancionados por la amarilla que vieron en San Paolo.
La gran noticia para el técnico azulgrana es la recuperación de Antoine Griezmann, que no pudo jugar los últimos partidos de la Liga por una lesión.
Va a ser un partido único y estamos muy ilusionados.
El partido de ida, jugado en Italia, finalizó 1-1. Al Barcelona le valdría incluso un empate 0-0 para avanzar.
Por el pase a cuartos de final.
2:00
p.m. hora de Panamá arranca el choque.